Los diseños en tamaños imposibles, los estereotipos y las indecisiones son algunos de los motivos por los que tu tatuador te mira con cara rara. Estás aquí porque quieres saberlo y estamos aquí para contártelo

Y es que cada vez somos más. Según un artículo publicado en The Wall Street Journal, casi la mitad de los millenials estadounidenses están tatuados. Estamos hablando de una industria que mueve cerca de 1.600 millones de dólares en facturación.

El arte en la piel. La forma en que plasmamos nuestras pasiones, deseos, gustos o recuerdos en la piel a base de tinta cada vez cuenta con más adeptos. El arte con vida propia en el que se convierten nuestros cuerpos es el producto de una maravillosa relación que tenemos con el tatuador, pero… en ocasiones no es así.

Lo ponemos más difícil de lo que parece, y por eso, hoy os diremos

“Lo que tu tatuador piensa de ti”  y probablemente no lo sabías…

✘ Porque el tamaño SÍ importa.

Muchas veces queremos contar la historia interminable… en dos párrafos. En negrita, con cursiva, detalles de brillos en las letras y que quepa en la palma de la mano.

¿Cómo? ¿Qué hay que medirlo en centímetros? Yo pensaba más bien en algo así, de este tamaño, o asá… y la mano se convierte en la unidad de medida internacional

✘ Un estudio no es un bar punk

Los estereotipos que existen sobre los tatuajes los generan los que creen que por llegar pasados al estudio la experiencia va a ser la leche.

✘ Indecisión y originalidad. El imposible.

Querer hacerse algo original y acabar pidiendo el yin y yang.

Quiero hacerme algo para tener siempre presente a mi mascota, así que… me haré la huella de mi perro.

✘ Los tatuajes de pareja son muy bonitos, pero son también tu mayor error. No vayas a tatuarte cada vez que una relación te salga mal para tapar lo que te hiciste por él/ella.

✘ La sala del dolor. Es así como muchas veces se ve un estudio de tatuajes. Desmayos, sudores fríos y grititos que muchas veces hacen dudar si realmente estamos tatuando o haciendo un interrogatorio

✘ El público asegurado.

Cuando viene el novio o la novia y, al final, lo que era un único tatuaje pretende convertirse en un tatuaje en pareja.

Vienen la madre, el hermano, el primo y todos tienen una opinión que decir digna de verdaderos expertos en la materia.