Adicción a la tinta, el tatuaje como forma de vida.

Seguro que te has preguntado en algún momento la razón por la que una vez que te haces tu primer tatuaje, surge la “necesidad” de hacerte el próximo, dando la razón a los que afirman que “los tatuajes son adictivos”.

Si echamos la vista atrás, podemos ver cómo desde los años 80 hasta el día de hoy, ha cambiado drásticamente la forma en la que se tatúa la gente, tanto cualitativamente como cuantitativamente.

Anteriormente veíamos a artistas del mundo del Rock o del metal con uno o dos tatuajes, mientras que hoy día podemos ver a personas de distintos ámbitos sociales y distintas edades con numerosos tatuajes y en zonas donde no se veían años atrás, como puede ser la cara o las manos.

¿Por qué nos hacemos tatuajes?

Todo esto tiene una explicación social y psicológica, puesto que los tattoos han dejado de asociarse a pandilleros, convictos o marineros, lo que cambia la percepción de la sociedad hacia las personas tatuadas, favoreciendo así el hecho de que una persona se tatúe por primera vez o que se haga tatuajes por todo su cuerpo.

Esta es una de las razones por las que el primer tatuaje suele realizarse cada vez a una edad más temprana, lo que provoca a su vez que el número de personas con múltiples tatuajes  sea cada vez mayor. Hay muchos aspectos que influyen a la hora de tatuarse, como puede ser la aceptación social o sentido de pertenencia a algún grupo, la singularidad que te ofrece el hecho de tener algún tatuaje o el mero hecho de buscar nuevas sensaciones.

Por lo tanto, no podemos afirmar que exista una adicción a los tatuajes de forma objetiva, ya que como hemos comentado, factores como las modas, la aceptación o sentirse más agusto con uno mismo es algo subjetivo, aunque no podemos obviar que hay otros factores influyentes a la hora de tatuarse como puede ser la mejora en las técnicas de pinchado y curación y una menor exclusión en el mercado laboral (Sobre todo para oposiciones, como por ejemplo las de la Guardia Civil) que sí que  son objetivos y evidentemente han favorecido al hecho de que cada vez más personas estén tatuadas y se tengan menos prejuicios.

Otro de los factores que incentiva a la gente a decorar su piel es el componente sexual, ya que, como han demostrado diversos estudios (Como por ejemplo la universidad de Miami en 2018), las personas tatuadas habían tenido más parejas sexuales con respecto a las que no lo están. Algo que nos gustaría aclarar en otro post aparte.